De pedacitos de ti,
de tu voz,
de tu andar,
de cada despertar,
del reír,
del caminar,
de los susurros de Abril...
Son las pequeñas cosas, esas que ni si quiera se ven, las que hacen que la monotonía de cada día, lo que nos une a todos por igual, se distinga y convierta en algo especial.