jueves, 17 de septiembre de 2015

Wherever we are.

Tendemos a pensar que formamos la mitad de algo, y que, algún día, si todo va bien en nuestras vidas, encontraremos aquella otra mitad que nació especialmente para completar la nuestra y nosotros la suya.
Más bien podríamos decir que nuestra vida es como puzzle; uno de esos con miles de piezas, de las cuales la mayoría son aparentemente iguales, pero que cuando intentas ponerlas en uno de esos huecos que rellena parte de tu dibujo final sólo una entra a la perfección en él, incluso probando el resto cientos de veces, el sitio es de esa. Hay piezas que colocamos primero, y que están ahí desde el principio, otras que van surgiendo con el tiempo y otras que se quedan rezagadas alrededor esperando ser colocadas, tal vez en ese sitio importante, simplemente siendo una más, o incluso tener el honor de ser la que cierre la obra. Lo que sí está claro es que todas tienen que ser colocadas para finalizar aquello que somos, aquello de lo que estamos hechos.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Closer.

Verte y sonreir, 
esa forma de conectar tan especial, 
por quererte siempre sentir,
porque no le pido a la vida nada más.

martes, 15 de septiembre de 2015

Vosotros.

Entonces te giras, te acercas, y le sientes; está ahí, no se ha ido. 
Buscas su mano entre las sábanas, quizá por miedo o simplemente por necesidad, como si de respirar se tratase. 
Tú, él: vosotros...

martes, 8 de septiembre de 2015

Siguiente página.

Y tenía que haberme dado cuenta, abrir los ojos y ver que, me estaba dejando la vida en intentar conseguir algo que ya había salido de mi alcance hacía bastante tiempo. Que eras un espejismo, que ya no estabas tú, que te habías convertido en otra persona, irreconocible, que lo que yo quería se había ido para siempre. Que dejarme el aliento ya era inútil. Que se acabó.

Punto final.


He llegado a la conclusión de que el tiempo siempre acaba pillándote, por mucha ventaja que le cojas, por mucha prisa que te des, aunque corras como nadie y seas pura rapidez; cuando llega el momento, siempre te quedan mil cosas por hacer, por decir, por solucionar...
He de admitir que me hubiera gustado ser un poco más rápida, pararme menos y seguir más. No mirar tanto atrás porque en realidad no merecía la pena. 
Ser un poco menos rencorosa y algo más calmada, y paciente, sobre todo paciente. 
Me hubiera gustado decirte te quiero unas mil veces más, y haber discutido y al instante girarme para abrazarte y comprobar si te habías enfadado. 
Y hablarte más y pelearnos menos; te habría contado tantas cosas, y al final me las he quedado todas conmigo...